Los rebeldes hutíes incrementan la represión sobre las mujeres en Yemen
"No tienen vergüenza". Belkis, de 26 años, recuerda con voz temblorosa el momento que vivió recientemente en un puesto de control de los rebeldes hutíes, que han impuesto reglas estrictas para las mujeres en los territorios que controlan en Yemen, devastado por la guerra.
Los hutíes, de la minoría zaidí del islam chiita y cuya base tradicional es el norte montañoso de Yemen, controlan la capital, Saná, y otras partes del país.
Yemen es una sociedad profundamente conservadora, pero los hutíes, apoyados por Irán, imponen su versión rigurosa del islam con mano de hierro, según testigos.
Belkis, quien usó un seudónimo por temor a represalias, narró cómo un oficial hutí la detuvo en un puesto de control de Saná cuando viajaba en bus con sus amigas.
Todas tenían más de 20 años, pero Belkis dijo que el oficial se refirió a ellas como "menores". "Nos hacía preguntas y gritaba", contó. "Nos acusó de violar la moralidad pública".
Iban vestidas de manera modesta, pero no con las túnicas negras y velos faciales que tradicionalmente se usan en Saná, que los hutíes prefieren.
"Les molestó la forma en que íbamos vestidas" porque la ropa era muy colorida, afirmó Belkis.
Las violaciones de derechos de las mujeres en áreas controladas por los hutíes se volvieron "más graves" el año pasado, según la oenegé yemení Mwatana.
Las restricciones a las libertades incluyen la prohibición del uso de anticonceptivos y limitar el derecho de las mujeres a trabajar, indicó.
"La situación es mala para las mujeres en todo el país, pero es peor en las áreas bajo control hutí", dijo a AFP Noria Sultan, de Mwatana.
- Cárcel y humillación -
Una habitante de Saná, que pidió el anonimato, dijo que los rebeldes usan hasta la menor infracción de sus reglas como excusa para "golpear, encarcelar y humillar a las mujeres".
En el caso de Belkis, los oficiales rebeldes objetaron que las mujeres viajaran sin un tutor masculino, que sin ser ley en Yemen, es requerido por las fuerzas hutíes. "Antes era normal que las mujeres viajaran", indicó.
Y cuando dijo que pensaba cruzar las líneas del frente para llegar al puerto sureño de Aden, bajo control gubernamental, todo empeoró. El oficial contestó: "Si Dios lo quiere, ustedes irán al infierno", recordó la joven.
Las fuerzas hutíes incautaron sus documentos de identidad y las mandaron de vuelta a la capital. "Sentí que me estaban interrogando como a un criminal", declaró. Los soldados las miraban de manera desagradable, agregó.
"Si hubiera instituciones adecuadas, podríamos haber exigido nuestros derechos, pero no hay a quién reclamar", se lamentó Belkis. "Es humillante".
La guerra civil de Yemen, que estalló en 2014 luego que los hutíes capturaran Saná, enfrenta a los rebeldes contra el gobierno reconocido internacionalmente, apoyado por una coalición militar encabezada por Arabia Saudita.
Cientos de miles de personas han muerto como consecuencia directa o indirecta del conflicto y millones han sido desplazadas, en lo que la ONU calificó como la peor crisis humanitaria del mundo. Las autoridades hutíes declinaron responder a las solicitudes de la AFP.
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