

Tras los fastos en Windsor, Trump se reúne con el primer ministro británico
Tras la fastuosa recepción de la familia real británica en el castillo de Windsor, el presidente estadounidense, Donald Trump, se reunió este miércoles con el primer ministro Keir Starmer para abordar las relaciones comerciales o los conflictos en Ucrania y Gaza.
El dirigente republicano se despidió del rey Carlos, a quien describió como un "gran rey" y un "gran caballero", antes de subir a su helicóptero hasta la residencia de campo del primer ministro en Chequers, a 70 km de Londres.
En su segunda visita al Reino Unido, algo que nunca hicieron sus antecesores, Trump no pisará la capital británica, donde el miércoles unas 5.000 personas protestaron contra su política migratoria o el apoyo a Israel de su administración.
Aunque alejado ideológicamente del magnate, el dirigente laborista se ha intentado erigir en puente entre el líder estadounidense y sus aliados europeos, especialmente en lo referente a la guerra en Ucrania.
En su reunión, se da por sentado que el primer ministro defenderá ante Trump la necesidad de reforzar el apoyo a Kiev y poner más presión sobre Rusia para frenar la ofensiva.
Según el diario The Times, Starmer aplazó al fin de semana el anuncio del reconocimiento del Estado Palestino durante la Asamblea General de la ONU de la próxima semana con el objetivo de evitar divergencias públicas con Trump durante estos días.
Ambos tienen previsto comparecer públicamente ante la prensa a las 14H20 (13H20 GMT), una vez completada la agenda de la jornada.
- Inversiones -
Pero más allá de las cuestiones geopolíticas, el viaje del magnate republicano tiene un marcado carácter económico, con la participación de grandes ejecutivos en los eventos y recepciones y el anuncio de inversiones masivas.
En dificultades y discutido incluso desde sus propias filas, el líder laborista podrá alardear de los más de 150.000 millones de dólares comprometidos por las estadounidenses Microsoft, Google y Blackstone.
"Empleos, crecimiento y oportunidades es lo que prometí a la gente trabajadora y es exactamente lo que nos da esta visita de Estado", dijo Starmer.
Más difícil parece que el laborista consiga la exención para el Reino Unido del arancel del 25% sobre el acero que Trump le prometió en mayo y que no acaba de concretarse.
"Quieren ver si pueden obtener un acuerdo un poco mejor. Hablaremos con ellos", se limitó a decir Trump sobre esta cuestión antes de partir hacia Gran Bretaña.
- Pomposa recepción -
En la víspera, Reino Unido desplegó toda su pompa en el castillo de Windsor para agasajar al mandatario estadounidense, que siempre se ha declarado gran admirador de la familia real.
El rey Carlos III recibió a Trump con salvas de cañón, una procesión en carruaje y una ceremonia militar en la que el dirigente republicano pasó revista a una guardia de honor.
Por la noche, en un fastuoso banquete real con 160 invitados, el monarca alabó "el compromiso personal" de Trump para poner fin a varios conflictos en el mundo.
El inicio de la visita había quedado empañado por unos manifestantes que proyectaron el martes por la noche imágenes del criminal sexual Jeffrey Epstein en una torre del castillo de Windsor.
El caso Epstein lleva semanas corroyendo la presidencia de Trump, que era amigo del financiero fallecido en prisión en 2019, y salpican también al gobierno de Starmer.
El primer ministro se vio forzado a destituir la semana pasada a su embajador en Washington, Peter Mandelson, por su estrecha amistad con Epstein, apenas un año después de nombrarlo para reforzar su relación con la Casa Blanca.
La visita de Trump y la primera dama Melania, que se quedó el jueves en la mañana en Windsor, terminará al fin de la tarde, cuando emprenderán su vuelo de regreso a Washington.
袁-J.Pān--THT-士蔑報